Entre las lecturas de esta semana, me pareció
encontrar una concatenación muy interesante: El Codex Alimentarius le confiere
al comercio un papel vinculatorio entre el productor y el consumidor, mientras
que Cortés Sánchez establece en el comercio la creación y modificación de las
significaciones imaginarias (colectivas) sobre la Seguridad Alimentaria, y que
éstas crean y transforman hábitos y costumbres, institucionalizando así la
“forma de ser y de actuar” (por decirlo de alguna manera) de las sociedades…
una vez institucionalizados estos hábitos y costumbres a través del comercio, se
mantiene “viva” la institución
mercantil, prolongando un círculo vicioso (que, por fortuna, tiene fisuras y,
debido a esto, es factible modificar). Es
pues, mediante el comercio, que se nos induce a consumir algunos alimentos,
aunque esos alimentos no sean los idóneos en términos nutritivos.
Tal fisura en el comercio, en México ya está siendo
aprovechada para cambiar los hábitos alimenticios a través de campañas, que en
la mayoría de los casos no provienen de las autoridades gubernamentales, sino
de ONGs o simplemente de las Redes Sociales. Véase, por ejemplo las campañas en
Redes Sociales en contra de los alimentos con alto contenido de azúcar o alimentos
transgénicos, los productos cárnicos o lácteos, etc., versus la proliferación de “consejos para una vida sana” o los que
invitan a consumir frutas, verduras y productos orgánicos.
Ideas principales:
1.
El Codex Alimentarius establece los criterios
generales y específicos para la producción, elaboración, etiquetado, y
comercialización de Alimentos producidos orgánicamente. “El etiquetado de los
alimentos es el instrumento de comunicación primordial entre el productor y el
vendedor de alimentos, por una parte, y el comprador y el consumidor, por
otra”.[1]
2.
El comercio (institución mercantil) crea y
transforma las significaciones imaginarias sobre la alimentación, que a su vez
estas significaciones crean y transforman hábitos y costumbres alimentarias,
dando sostenibilidad a la dinámica del mercado, lo que crea un círculo vicioso
que ahoga la seguridad alimentaria.[2]
3.
Los niños que participaron en el estudio,
expresan que la alimentación que reciben en sus casas es buena, rica y
saludable, aunque en realidad dicha alimentación esté lejos de ser equilibrada,
nutritiva y saludable. [3]
[1]
Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Organización Mundial de la Salud. Codex
alimentarius. Alimentos producidos orgánicamente, Segunda edición, Roma, 2005
[2]
Cortés
Sánchez, Alba Marlén (2013), Significaciones imaginarias sobre alimentación y
su relación con la seguridad alimentaria de niños y niñas de tercer grado de un
colegio distrital. 2013. Revista Infancias Imágenes / pp. 78 - 88 / Vol. 12.
No. 1 / Enero – junio de 2013
[3]
Cortés
Sánchez, Alba Marlén (2013), Significaciones imaginarias sobre alimentación y
su relación con la seguridad alimentaria de niños y niñas de tercer grado de un
colegio distrital. 2013. Revista Infancias Imágenes / pp. 78 - 88 / Vol. 12.
No. 1 / Enero – junio de 2013
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